La energía eólica en Argentina y la importancia de su generación

Las energías renovables son aquellas que no se generan a partir de combustibles fósiles como el petróleo, sino que se producen por la utilización de recursos como la luz solar y el agua. Todas las energías que se generan con base en recursos renovables entran en esta categoría. Por eso la energía eólica es considerada una energía renovable. 

Debido a que no generan contaminantes, se denominan también “energías limpias”, ya que el impacto que tienen en la naturaleza es mucho menor al de los combustibles convencionales. 

En Argentina, la generación de energía eólica ya es un hecho y se produce aprovechando la cinética del viento, la cual se transforma para ser utilizada de distintas formas. 

Una de las posibilidades de uso es la conversión a energía eléctrica, es decir, que esa fuerza del viento pueda conectarse a la red y generar energía complementaria a la ya existente. 

Para la producción de energía eólica se necesita sí o sí la existencia de vientos cuyas corrientes sean no solo permanentes sino también de gran intensidad. El efecto que estas corrientes hacen sobre los molinos de viento y los aerogeneradores (generadores eléctricos especiales) hará que se produzca la conversión. 

Es muy común ver en el campo molinos que, gracias a la energía eólica, bombean agua a la superficie. Este es otro tipo de conversión de energía muy frecuentemente utilizada y que se da por la acción de las corrientes del viento sobre las paletas de esos molinos. 

Existen en Argentina diversos parques eólicos distribuidos, principalmente, en Chubut, Buenos Aires, Santa Cruz y Río Negro. 

Como energía limpia, la eólica tiene muchas ventajas que van desde la capacidad de generar energía con poco impacto ambiental hasta la posibilidad de conectar el generador a la red eléctrica para complementar el servicio de energía convencional. 

Pero al mismo tiempo, la instalación de parques eólicos pensando en abastecer, por ejemplo, una industria, conlleva algunas desventajas. Debido a la necesidad de procesar corrientes intensas de viento, las instalaciones de energía eólica no pueden funcionar en cualquier región o zona, sino que se necesita por lo menos contar con una velocidad mínima de 15 kilómetros por hora, y que estas corrientes sean casi permanentes. 

Además, es preciso tener grandes espacios de tierra para la instalación de los molinos y equipamiento necesario. 

En las zonas que naturalmente se caracterizan por ser ventosas, como la Patagonia Argentina, es posible realizar un buen aprovechamiento a partir de instalaciones en escalas más pequeñas para viviendas o más grandes, con el objetivo de lograr un mayor abastecimiento. 

Como parte de nuestros objetivos de sostenibilidad, en BBVA tenemos alternativas de financiación para bienes sostenibles. Los Eco Préstamos son un tipo de crédito enfocado en apoyar la compra de productos como paneles solares, bicicletas eléctricas o electrodomésticos con eficiencia energética “A”. 

En esa misma línea, lanzamos la tarjeta sostenible, elaborada a partir de PVC (policloruro de vinilo) reciclado. Si sos cliente de BBVA, podés pedir la renovación del plástico de tus tarjetas. 

Si todavía no sos cliente, ya podés solicitar tu tarjeta sostenible BBVA.