José Antonio Luengo

Los escenarios de la educación no son solo los de la escuela

¿Lennon o McCartney? Las matemáticas resuelven la duda. Keith Devlin, matemático

José Antonio Luengo define la educación como un proceso en el que el mundo adulto “favorece, prepara, planifica una serie de condiciones para que los más pequeños, niños y niñas, vayan, de a poco, interpretando el mundo que hay a su alrededor”. El reconocido profesor y psicólogo enfatiza que esta interpretación debe ser crítica, es decir, que genere ganas de progresar y también genere dudas permanentes. Solo a través del cuestionamiento podemos plantear escenarios en los que la gente pueda debatir, dialogar y contrastar sus ideas.

Por eso, podemos encontrar estos escenarios de educación no solo en la escuela sino también en los medios de comunicación, los hogares, las redes sociales y todo lo que forma parte de un universo educativo. El esfuerzo de los educadores en estos entornos debe estar puesto en acompañar a los chicos y a las chicas dándoles independencia y autonomía. José comienza muchas de sus clases preguntándoles a sus alumnos qué les interesa y por qué les interesa, para que comiencen un proceso de introspección personal. “Los chicos necesitan ese apoyo incondicional, pero con un margen de libertad, de autonomía sin miedo a equivocarse”.

Así como José cree que hay muchas definiciones de la educación, también son diversas las maneras en las que la tecnología está impactando en ella. Para empezar, invita a que los adultos establezcan un criterio para ver las influencias que consumen sus hijos. A modo de ejemplo señala el caso de series de televisión como 13 Reasons Why; escenarios en los que los niños se enfrentan con una catarata de influencias y necesitan un adulto que los acompañe y pueda medir su impacto. En ese sentido, es necesario “generar buena ciudadanía digital en nuestros chicos desde la base, desde el momento en que empiezan a acceder a los contenidos”.

Además, el abuso del celular ha llevado a la negación de la soledad y al miedo al aburrimiento, uno de los problemas más complejos que vamos a tener en el futuro según José. Pero su mayor preocupación está en el acoso cibernético, y en las formas de violencia actuales entre los más chicos. “Para que haya acoso, tiene que haber intencionalidad de hacer daño, tiene que haber una reiteración en ese daño”, dice José para diferenciarlo de peleas puntuales o casos aislados. 

Cuando se comenzó a teorizar sobre el ciberacoso, los especialistas creían que se trataba de un fenómeno diferente al acoso regular, pero hoy sabemos que ambos vienen de la misma raíz del problema: el desprecio, la superioridad, las ganas de hacer daño utilizando un mecanismo acelerante como son las tecnologías de la información. José se sorprende todos los días por las nuevas formas que toma el ciberacoso en la actualidad, aprovechando la anonimidad de las redes sociales y utilizando aplicaciones para trucar fotografías o extender rumores por la red. 

La buena noticia es que se han encontrado maneras de deshacer esos comportamientos, y la clave está en los propios chicos y chicas. “En todos esos que antes eran observadores, testigos mudos, y que hoy, gracias a cómo son ellos de buena gente, gracias también a la colaboración de muchos padres y madres, gracias al trabajo fantástico de muchos profesores y profesoras, de muchos centros educativos, hoy estamos consiguiendo que esos chicos que antes miraban hacia otro lado, se levanten y le digan al violento: ‘Se ha acabado’”.

La mala noticia es que “violentos va a haber siempre”, pero existen “chicos y chicas con una capacidad para generar compasión, para generar ayuda, para saltarse todo lo que haga falta para ayudar a alguien: chicos y chicas valientes”. José los llama independientes, porque les preocupa muy poco lo que otros puedan decir, y eso es una gran noticia. 

Muchos educadores hablan sobre que hay que conseguir excelencia en educación, y si bien José cree que la excelencia es un buen objetivo, siempre hay que hacerlo desde el afecto y la ternura. “La excelencia sí, pero al servicio de las personas, en el camino compartido”. Nunca debemos enseñar para crear más diferencias ni ampliar las desigualdades, tampoco para perpetuar la injusticia ni para educar a élites que gobiernan el mundo para consolidar sus brechas abismales. “Excelencia sí, pero para coincidir con la magia de quien entrega una parte de su propia vida, como los profesores”. 

Biografía

José Antonio Luengo es Licenciado en Psicología, profesor y experto en Intervención en centros educativos. Durante doce años, desarrolló su actividad profesional en el “Defensor del Menor”. En la actualidad, forma parte del Equipo para la Prevención del Acoso Escolar de la Comunidad de Madrid.