Seis consejos para cuidar la salud de tu cerebro
Facundo Manes se crio en Arroyo Dulce, un pequeño pueblo de La Pampa, Argentina. Su familia no pertenecía a ninguna elite social, y en su casa no faltaba nada pero tampoco sobraba nada. Pronto entendió que la única manera de progresar era a través de la educación. Para él, la educación no es solo una frase bonita: la educación cambió su vida. Es lo que le permitió tener una voz en el ámbito científico y ser el neurocientífico que es hoy.
Su carrera estuvo guiada por el estudio del cerebro y las funciones cognitivas. Cuando fundó el Instituto de Neurología Cognitiva y comenzó a liderar equipos de científicos, comprendió que la inteligencia es colectiva, y que es mucho más que la suma de las inteligencias individuales. El éxito de un equipo no depende solo del aporte de su líder, sino que también deben coexistir diferentes voces dominantes y una diversidad de género que permita el intercambio de distintos puntos de vistas.
Otro factor fundamental en la inteligencia es el altruismo. Pensar en el otro e involucrarnos con personas que enriquecen nuestra experiencia nos da felicidad. En cambio, cuando nos sentimos aislados, el cerebro entra en un modo de autopreservación. El vínculo humano y el contacto cara a cara es tan importante como dormir y alimentarnos. También es recomendable tener una meta que nos ayude a vivir en presente para evitar entrar en un circuito de ansiedad. Estar atentos, disfrutar del presente y entrar en un “estado de flow” activa mecanismos de recompensa en el cerebro que son necesarios para nuestro bienestar.
Cuando se le pregunta por la creatividad, Facundo es rápido en responder que la inspiración es para amateurs. Si bien la creatividad es un misterio en muchos sentidos, hay ciertos factores que aumentan las chances de que el “momento eureka” aparezca. Por eso es necesaria una preparación previa, ya que no podemos simplemente esperar a que llegue la musa de la inspiración. Y si bien es cierto que pensar obsesivamente en un dilema ayuda a que las ideas se refresquen, también es necesario poner el cerebro en off para procesar información que aprendimos previamente en forma organizada. También hay que estar preparados para equivocarse, incluso en una sociedad que estigmatiza el error. Y el contexto creativo también influye, ya que vivir y crear en un ecosistema positivo influye en la creatividad personal.
Acerca del funcionamiento del cerebro en la toma de decisiones, Facundo distingue dos sistemas opuestos: un sistema lógico que requiere recursos cognitivos, y un sistema no consciente que no requiere esfuerzos cognitivos. Este último es el que más utilizamos, un sistema automático guiado por experiencias previas a través del cual generamos esquemas mentales que nos permiten ir por la vida ignorando todo lo que no coincide con nuestro sesgo, y tomando lo que sí. No podríamos vivir solamente utilizando un modelo de toma de decisiones racional, y un modelo de toma de decisiones guiado por la emoción es lo que nos permite sobrevivir.
Con respecto a la memoria, Facundo remarca que es necesario dejar de pensar en la memoria como una cajita que guarda recuerdos, y entender que el cerebro es una red de circuitos que regulan distintos tipos de memoria. Hay una memoria episódica, que recuerda lugares y tiempos específicos; una memoria semántica, que tiene que ver con un aprendizaje internalizado; una memoria procedural, que está facilitada por la experiencia; y otra memoria operativa, que funciona por un breve periodo de tiempo. Como dijo el escritor colombiano Gabriel García Márquez, la vida no es la que vivimos sino cómo la recordamos para contarla. Hoy la ciencia demuestra que cuando uno evoca un recuerdo, la memoria se hace inestable y permite incorporar nueva información. En cierta manera, recordar es un acto creativo ya que cada vez que se evoca la memoria se la puede modificar.
Una constante en la formación de Facundo es la divulgación de maneras de mantener el cerebro en forma. Para esto, reitera que es necesario tener vínculos humanos ya que somos seres sociales. El optimismo también es un factor de protección cerebral, al igual que el ejercicio físico, ya que mejora el ánimo y refuerza el pensamiento creativo. Y si bien es necesaria la jubilación, nunca hay que jubilarse de lo que a uno le apasiona. Por eso resalta la importancia de aprender cosas nuevas y mantener el cerebro activo hasta el último día. A su vez, es indispensable una dieta que incluya verduras, frutas y fuentes de Omega-3. Además, es necesario manejar el estrés y entender que muchas veces no podemos cambiar la realidad, pero sí reevaluarla y trabajar en nuestra respuesta. Y por último, dormir bien es fundamental para la salud, ya que interviene en la función hormonal, regula la función inmune y es necesario para la consolidación de la memoria. Todas cosas gratis que podemos hacer para mantener nuestro cerebro saludable.
Entender nuestro cerebro también impacta en la educación y en el aprendizaje. Por eso, Facundo cree que una nutrición adecuada es fundamental para la educación de los niños, al igual que el tratamiento del estrés crónico. El ejercicio y dormir bien ayudan a generar nuevas conexiones neuronales. También se ha descubierto que aprender muchas cosas de golpe a veces no es bueno, y que sirve tener intervalos de aprendizaje para consolidar mejor la información. Y es fundamental involucrarse en el aprendizaje, a través del debate, la discusión, el juego y la autoevaluación. El cerebro humano aprende solo cuando está motivado e inspirado, por eso es necesario reinventar la figura del docente ya que su rol actual no debe ser el de transmitir información, sino el de evaluar qué hacer con ella, cómo generar nueva, cómo comunicarla, y cómo manejar la atención de los alumnos. Y si bien la educación a distancia es importante, es complementaria ya que el contacto humano es irremplazable.
Por último, Facundo se refiere a la importancia de la neurociencia en actualidad y en el diseño e implementación de políticas públicas. Una política pública puede tener buenas intenciones, pero debe tomar en cuenta lo que sabemos sobre el cerebro para comprender cómo la sociedad se comporta y decide. Tenemos todo para frenar la desigualdad, pero nuestros cerebros humanos pueden producir prejuicios, sesgos, y egoísmos, y solo podemos luchar contra eso a través de la empatía, la implementación de proyectos inspiradores e incorporando los saberes de la neurociencia en nuestras tomas de decisiones. La mejor inversión que pueden hacer los gobiernos es invertir en el cerebro de los ciudadanos a través de la educación de calidad y la igualdad de oportunidades.
Biografía
Facundo Manes es investigador del CONICET y del departamento Cognition and Brain Sciences de Cambridge. Fundó y preside el Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro y el Instituto de Neurología Cognitiva (INECO), una organización sin fines de lucro que apoya la investigación y prevención de trastornos neurológicos y psiquiátricos. Es también autor de libros como “El cerebro del futuro” y “Usar el cerebro”.